La obra de Llapispanc se compone de varias estrategias para hacer aflorar un corpus artístico que querría hacerse coherente y compacto, pero que se diversifica en textos, mensajes, correos electrónicos, el blog, imágenes, dibujos, acciones, acciones participativas, acciones musicales, vestigios y residuos de las acciones, vídeos, música, ruido y arte sonoro, instalación y bastante arte efímero en constante autoconsumición alrededor de su taller-estudio en La Escocesa, que ha devenido como un evocador de objetos y envases. Pero es dentro del caos de su refugio donde se encuentra la esencia de un anticuario que almacena cada uno de sus recuerdos y que les otorga el don de la inmortalidad; coherente y compacta.